Antes de tomar una decisión sobre cuál es el tipo de fuente que quiero usar en un proyecto, vamos a ver las clases de tipografía más habituales.
- Serif: Este tipo de fuentes tienen una señal característica, que se conoce como “serifa” y que son esos ornamentos que tiene cada letra en sus extremos. Este tipo de letra es aconsejado para bloques de textos muy largos, ya que las serifas dotan al texto de legibilidad. Son muy cómodas de leer. Además, tienen un aspecto “retro” que en ciertos diseños pueden dotar de más coherencia a un proyecto. Fuentes de tipo serif son «Times New Roman», «Palatino», «Georgia», etc.
- Sans Serif: También conocidas como fuentes de palo seco, porque carecen de serifa u ornamentos. Tiene un aspecto muy moderno y elegante, y se suele utilizar en títulos, subtítulos o textos no demasiado largos, ya que no son tan legibles y cómodas de leer como las fuentes serif. Fuentes sans serif son: «Helvetica», «Avenir», «Lucida Grande», «Open Sans», etc.
- Slab Serif: Este tipo de fuente es una mezcla entre ambas. Son de palo seco, pero con una serifa muy ancha, lo que le dota de mayor legibilidad. Puede ser interesante de utilizar en ciertas ocasiones, sobretodo si tenemos un texto largo en un proyecto, y el aspecto “retro” de una fuente de tipo serif puede perjudicar la estética que hemos elegido.
El tipo de fuente que usemos, va a depender del carácter que le quieras dar a tu diseño, sin perder de vista la usabilidad, sobretodo en textos largos.
Un aspecto importante que tenemos que tener en cuenta es sobre las pantallas retina, las fuentes sans serif, pueden leerse casi como las serif.
En cuanto al número de tipografías a elegir, va a depender, sobretodo del tipo de proyecto. No es bueno mostrar muchas tipografías sino es precisamente esa la intención del diseño que quieres proponer.
Generalmente no es necesario más de una tipografía. Recuerda que puedes utilizar grosores, color y tamaño para jerarquizar el texto de un documento, por lo que en ocasiones utilizar varios tipos de fuente sólo distrae al usuario y es contraproducente para nuestro diseño.
Si tu proyecto tiene mucho contenido, lo más usual es utilizar dos fuentes, una de palo seco para títulos o subtítulos, y una slab-serif o serif para los textos de mayor longitud. También existen familias de fuentes que contienen tanto sans-serif como serif o slab. Un ejemplo es la familia Museo, que dispone de Museo Sans y Museo Slab.